martes, 11 de agosto de 2009

Egotismo Político

Dice la clásica obra de Nicola Abbagnano, Diccionario de Filosofía, que egotismo significa la excesiva importancia concedida a uno mismo, a los hechos de la propia vida y a la tendencia a hablar mucho de sí. A diferencia del egoísmo que estima el interés razonado, -un intercambio más o menos equilibrado de valores- en el egotismo hay un ámbito bastante más asincrónico entre lo que se da y lo que se recibe. Ambos conceptos parecieran ser del fuero interno de cada individuo, esto es, cada individuo es, consciente o inconscientemente, egoísta y en el extremo puede llegar a ser egotista. Nada pasa mientras el egoísta o egotista solo viva para sí mismo, sin interrelacionarse con otros seres humanos o interrelacionándose su labor o trabajo no tenga que ver con los intereses de otros. En este segundo plano, cuando el egoísta se relaciona con el interés de otro/otros, es cuando realmente el egoísta es verdaderamente egoísta, si el otro/otros persigue el mismo interés quizá puedan alcanzar un “acuerdo”. Aquí comprendo por interés desde la perspectiva de su raíz etimológica en donde “inter”= entre y “res”= cosa. Otra apreciación es que solo el interés se da en la acción, es decir, en el “mundo” del espíritu no podemos hablar de interés, sino quizá solo de posturas, mientras tanto que en la acción -como en el caso de la Política- encontramos intereses personales, de grupo o públicos. Aquí se complica el análisis, pero que en suma podemos llegar a un primer acercamiento en cuanto a que el egoísta o egoístas encuentran cabida a sus intereses a través de alcanzar “acuerdos” entre los demás “interesados”. El Egotismo es algo diferente, en él solo hay cabida para un solo interés y quien esté en contra, está en contra del único interés y, por lo tanto, es el enemigo al que hay que anular, es el que no tiene o no debe tener interés, es más: no hay interés que valga, solo el del Egotista.
Viene aquí a colación todo este razonamiento porque en el marco del reciente proceso electoral y que culmina con la jornada electoral del día 5 de Julio en donde se eligen 300 diputados de mayoría y 200 Plurinominales para renovar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el dirigente del Partido de ultraderecha en el poder, -Acción Nacional- y sus candidatos a diputados en su mayoría, presentan signos claros de egotismo en su acción política. Las virtudes cardinales, producto de la filosofía tradicional, al menos en México poco o nada se vé de ellas. Aristóteles decía que la virtud por excelencia del que manda es la prudencia, entendida ésta como la sabiduría práctica, atributo que deben tener los gobernantes, pues no es la misma virtud para el mandante que para quien es mandado. Así pues, Felipe Calderón no da visos claros de prudencia, en su ánimo de legitimar su Presidencia ha sacado al ejército mexicano a las calles, cometiendo éste toda clase de tropelías y violaciones a los derechos humanos. Pero solo es ésta una táctica dentro de la gran estrategia de los grupos dominantes, cuya cabeza visible es el Presidente Calderón. En brillante intervención el 29 de enero de 2009 en el Foro “México ante la Crisis”, Denisse Dresser frente a diputados, senadores, empresarios y funcionario afirmó tajante:

“…muchos de los miembros del gobierno de Felipe Calderón, y muchos de los presentes en este foro, hablarán de crecimiento como una prioridad central. /Pero más bien lo perciben como una variable residual. Más bien parecería que buscan -y duele como ciudadana reconocerlo- asegurar un grado mínimo de avance para mantener la paz social, pero sin alterar la correlación de fuerzas existente. Sin cambiar la estructura económica de una manera fundamental./Y el problema surge cuando ese modelo comienza a generar monstruos; cuando ese apoyo gubernamental produce monopolios, duopolios y oligopolios que ya no pueden ser controlados; cuando las "criaturas del Estado" -como las llama Moisés Naim- amenazan con devorarlo./Sólo así se entiende la devolución gubernamental de 550 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego, por intereses supuestamente mal cobrados, un día antes del fin del sexenio de Vicente Fox./Sólo así se entiende el comunicado lamentable de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hace un año celebrando la alianza entre Telemundo y Televisa, cuando en realidad revela una claudicación gubernamental ante la posibilidad de una tercera cadena./Sólo así se comprende que nadie levante un dedo para sancionar a TV Azteca cuando viola la ley al rehusarse a transmitir los spots del IFE o se apropia del Cerro del Chiquihuite./Sólo así se entiende la aprobación de la llamada "Ley Televisa" por la Cámara de Diputados y la de Senadores en 2006./Sólo así se entiende la posposición ad infinitum en el Senado de una nueva ley de medios para promover la competencia en el sector./Sólo así se comprende que la reforma de Pemex deje sin tocar el asunto del sindicato./Sólo así se entiende la posibilidad de dar entrada a Carlos Slim a la televisión sin obligarlo a cumplir con las condiciones de su concesión original./Síntomas de un gobierno ineficaz. Señales de un gobierno doblegado. Muestras de un gobierno coludido./Con efectos cada vez más onerosos y cada vez más obvios que la crisis pone en evidencia, porque no logramos reformarnos a tiempo./Mucha riqueza, pocos beneficiarios. Crecimiento estancado, país aletargado. Intereses atrincherados, reformas diluidas. Poca competencia, baja competitividad. Poder concentrado, democracia puesta en jaque. Un gobierno que en lugar de domesticar a las criaturas que ha concebido, ahora vive aterrorizado por ellas.”

Un gobierno pervertido y trastocado por sus propios intereses. De la República a la oligarquía, unos cuantos dueños del poder político y económico, egotismo político que se alimenta y retroalimenta y una inmensa mayoría en condiciones deplorables viendo día a día como su vida se deteriora por falta de oportunidades, sin acceso a un trabajo digno. ¿Qué es lo que ahora, en esta campaña electoral vende el PAN? ¿Seguridad y Confianza?