viernes, 23 de octubre de 2009

Presupuesto público sensible al género en Veracruz

Rosalino F. Guillén Cordero

Se concibe al presupuesto público, en términos muy generales, como todos los gastos que en el período de un año ejercen los Poderes Públicos para atender la demanda de bienes, servicios y demás compromisos institucionales, plasmados regularmente en los planes y programas. Este presupuesto federal, como bien es sabido, lo aprueba exclusivamente la Cámara de Diputados en los últimos días del año anterior al que se va a ejercer.
En este contexto, los economistas utilizan como herramienta de análisis del presupuesto las clasificaciones funcional, programática, económica, por decir las más importantes para orientar el gasto público. En el caso de la primera se refiere a las funciones que realiza el gobierno, como gobernación, desarrollo económico, desarrollo social, educación y otros; en el análisis programático se refleja el gasto por partidas presupuestales como gasto en sueldos de personal y demás prestaciones, de adquisición de materiales y servicios que requiere la administración para su funcionamientos; mientras que en el análisis económico se divide éste en gasto corriente y gasto de inversión, es decir, los gastos que se generan por gastos burocráticos y el que va destinado para la construcción de infraestructura como carreteras, puentes, espacios públicos, y demás.
La categoría de la perspectiva de género en el presupuesto, es decir, el gasto público sensible al género es una nueva forma de ejercer y distribuir recursos públicos, tomando en cuenta a las mujeres y hombres, niñas y niños.
Así, para el Presupuesto de Egresos Federal de este año, la cámara de diputados aprobó la cifra histórica de 8.9 mil millones de pesos para programas y acciones a favor de la igualdad de mujeres y hombres, mismos que fueron ejercidos por los poderes de la unión en este periodo, según cifras del último informe de gobierno federal.
En Veracruz, apenas se están dando los pasos para establecer un presupuesto sensible al género. Llegar a hacerlo realidad requiere, primero, de establecer una ruta al interior de cada una de las organizaciones gubernamentales, segundo, la creación y puesta en marcha de estructuras que permitan el estudio, diseño, implementación y ejecución de políticas públicas encaminadas a disminuir las brechas existentes entre los géneros, así como personal altamente capacitado en materia de equidad de género, que como muchas otras materias, se ha vuelto una especialización. Estas estructuras deben trabajar de manera horizontal para que sus acciones se vean reflejadas a lo largo de las áreas de la administración pública, como una especie de redes en su interior.
El liderazgo permanente impulsor de las estrategias y táctica para alcanzar los objetivos y metas que se fijen las instituciones, es otra de las premisas fundamentales que requiere la incorporación del presupuesto con enfoque de género.
Un factor determinante en la apertura y consolidación de un presupuesto con estas características lo es sin duda la voluntad política en los espacios de decisión dentro de la organización gubernamental. Este aspecto es determinante para permear en todos los integrantes de la estructura; pero, además, contar con la voluntad política es poner en el centro de las decisiones de las políticas y de los programas, la importancia que reviste para el gobierno que los beneficios, bienes y servicios que otorga el gobierno se distribuyan tomando en cuenta las necesidades de los géneros.
Más allá de ello, también la ventaja de poner en el centro de las decisiones la igualdad de género es que el gobierno toma en cuenta que la sociedad ya no es ese cuerpo amorfo, sin dirección y sin destino, sino que bajo esta visión, se considera que la sociedad está compuesta por diferentes grupos con intereses diversos y minorías que reclaman sus propios derechos, como mujeres indígenas, madres solteras, mujeres migrantes, entre otras.
En el caso de Veracruz, queda plasmado en el Plan Veracruzano de Desarrollo de la gestión del Gobernador Fidel Herrera Beltrán el reconocimiento y forma de gobernar en donde se da un valor importante a la participación ciudadana y el acercamiento del gobierno con la ciudadanía para combatir los viejos y nuevos problemas que enfrenta la sociedad, siendo un principio rector el que el gobierno no esté por encima de la sociedad.
Hacia allá va la nueva gestión pública, hacia una nueva gobernanza que busca implementar mecanismos que incentiven la participación social en la búsqueda de nuevos canales y mecanismos que mejoren las condiciones de vida de la ciudadanía, el presupuesto sensible al género es una magnífica herramienta para democratizar el gasto público.

¿Será posible encontrar estos elementos mínimos en la Adminitración Pública de Veracruz para incorporar la visión de género en cada una de sus dependencias y organismos ó sólo estamos frente a la clásica retórica de políticos, politiquillos y grillos?

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