La forma de gobierno actual y sus perversiones están orillando a que la autoridad política del Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, desvíe los altos objetivos del Estado hacia otro tipo de intereses en donde los equilibrios que deben representar la dialéctica entre gobernantes y gobernados se vea trastocada, al grado que las pasiones del hombre desatan una lucha constante entre las distintas clases y grupos que detentan el poder, como los oligarcas contra la muchedumbre o viceversa.
A pesar de que otras teorías actuales han afirmado que muchos de los conceptos que la teoría política clásica construyó han quedado en desuso, vemos que esto no es así, pues ésta proviene de principios básicos universales.
Enseguida y sin más preámbulos haremos referencia a los conceptos fundamentales de la Teoría Política clásica aplicables a la vida política contemporánea en México.
La Virtud política.
Para Aristóteles, el Estado se forma de elementos desemenjantes; y así como el ser vivo se compone de alma y cuerpo, el alma de razón e instinto, la familia de marido y mujer, la propiedad de amo y esclavo, así se encuentran en el Estado todos estos elementos acompañado de otros no menos heterogéneos.
Hay que recordar muy someramente que Aristóteles en su obra el Tratado del Alma escribió que así como los ojos tienen su función de ver y los oídos de escuchar, el alma del ser humano va encaminada a la virtud.
Werner Jaeger, afirmó que el objetivo de Platón era el de hacer de la política una ciencia uniéndola inseparablemente con la teoría de la virtud individual y basándola en el conocimiento de la idea del bien.
Pero ¿qué es la virtud política? Para arribar a este concepto, Aristóteles primero determina la diferencia entre la virtud común del ciudadano y de quien gobierna, esto es, no perdiendo de vista la dialéctica entre quien gobierna y el gobernado. Así, para Aristóteles, no es la misma virtud que para el que manda que para el que obedece, y la virtud por excelencia del primero es la prudencia y la habilidad.
Finalmente, Nicola Abbagnano , en su Diccionario de Filosofía, resalta que la virtud como capacidad para atender a una determinada tarea es el concepto platónico de la virtud. Como la función de un órgano es, los ojos, por ejemplo es la de ver, y la posibilidad de ver es la virtud propia de los ojos, de igual manera el alma tiene sus propias funciones y su capacidad para cumplir con ellas es la virtud propia del alma.
Formas de puras e impuras de gobierno.
Así pues, determinando ya esta concepción de la virtud política, los Estados adoptan formas de gobierno, que pueden ser el gobierno de uno, de pocos o de muchos. En el primer caso, hablamos de la Monarquía, en el segundo Aristocracia y en el tercero de República. Esto es, cuando en quien detenta el poder existe la virtud política, entonces hablamos que existen estas formas puras de gobierno.
Mientras que por otra parte, y como la naturaleza del hombre no siempre es tendiente hacia el bien, sino que en la condición humana hay desviaciones, entonces se desvirtúan dichas formas puras de gobierno, correspondiendo en contraparte a la Monarquía la tiranía, a la Aristocracia la oligarquía y a la República la democracia.
Forma de gobierno en México
La carta magna de nuestro país señala que es voluntad de los mexicanos constituirse en una república federal, democrática, compuesta por entidades federativas que delegan parte de su soberanía a una federación.
No obstante, de acuerdo con la teoría clásica, la forma de gobierno de nuestro país es una monarquía oligarca, ya que el presidente de la república concentra la autoridad política como jefe de estado, jefe de gobierno y algunas otras funciones.
A lo largo de la historia del presidencialismo en México, sobre todo durante la época en que gobernó el PRI en la esfera nacional, a decir de Carpizo Mcgregor, el Presidente de la República concentraba diversas funciones que emanaban de la constitución y otras más que llamó metaconstitucionales, que eran aquellas que quedaban fuera del marco constitucional. Ejemplo de ello, era que los presidentes en turno se convertían en jefe del partido político oficial, y eran quienes tenían la última palabra para decidir los puestos políticos que iban desde gobernadores, diputados hasta el propio candidato a la presidencia de la república.
Actualmente y después de que en el año 2000 se da la alternancia política al ganar la Presidencia de la República el Partido Acción Nacional, el Presidencialismo sigue intacto, aunque quizá ya dejó de existir las funciones metaconstitucionales que tradicionalmente ejercía el presidente de la República.
Pero también cabe destacar, que a partir de los gobierno llamados tecnócratas que arriban al poder en 1982 y que impulsan la apertura de México a la globalidad, se va gestando una clase oligarca en el poder, basada en los intereses monopólicos, financieros y económicos. Muestra de ello es que a partir de 1982, el gobierno comienza un proceso de privatización de miles de empresas, entre las que se encuentra Teléfonos de México, empresa que durante años tuvo el monopolio en su ramo en México.
Esta clase oligarca, ensachó la brecha entre los ricos y pobres en México al impulsar e implementar el modelo neoliberal a ultranza, y como resultado, hoy existen millones de mexicanos en estado de pobreza extrema, esto es, miles de familias que subsisten con salarios diarios por debajo del mínimo, que es de alrededor de cincuenta pesos diarios.
Veracruz ha resentido los efectos de los desequilibrios producto de la forma oligarca de gobierno, pues existe regiones con alta marginación en las zonas serranas, principalmente, o colonias conurbanas, en donde los pobres carecen de servicios públicos adecuados, así como lo fundamental que requiere cualquier ser humano para su desarrollo como lo es la alimentación y la salud, mientras que los gobiernos solo ofrecen programas gubernamentales que reflejen en los organismos internacionales mejoras generales en la pobreza sin que en lo particular, se haga un profundo cambio en la forma de gobierno en México y se vea repartida en mejores condiciones la riqueza.
El aumento de los precios a los productos básicos
Hay que destacar que la igualdad es siempre la principal causa de las revoluciones. Aristóteles señalaba que la muchedumbre siempre aspira a la igualdad absoluta, mientras que para la clase distinguida u oligarca siempre quiere la absoluta desigualdad: la ambición de unos, la envidia de otros ocasiona las discordias civiles.
Con el aumento indiscriminado de los precios en los productos básicos alimenticios que recientemente se da en México, y por supuesto en Veracruz, principalmente de la leche y la tortilla, éste último un producto básico en la alimentación del mexicano, se levanta el clamor de los miles y millones ciudadanos en contra de un gobierno de corte neoliberal, quien ante tal situación, anunció por conducto de su propio Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa que “…el aumento a la tortilla se da debido a la desviación de maíz a nivel mundial para la producción de etanol como sustituto de los combustibles generados del petróleo, por lo que instruí al gabinete social para que consigan el maíz más barato que encuentren en el mundo, no importa que lo tengan que traer de miles de kilómetros, pero esta escalada no tiene que seguir… este gobierno que comienza en México, no se van a volver a repetir las historias de alzas escalonadas, que llevaron las engorrosas devaluaciones que tanto daño hicieron a la sociedad…”
Esto es un indicativo de que existe un déficit en la producción del grano básico y que por tal razón, el estado mexicano es dependiente de otros países, esto es, que no existe una autosuficiencia, al menos en lo que a la producción de maíz toca.
Todo ello es grave en nuestro país, pues los equilibrios que deben existir en los buenos gobiernos, están desajustados: mientras que la clase oligarca continúe especulando y obteniendo grandes ganancias económicas y se continúe deteriorando la precaria vida de los pobres, la ira, los enconos y los resentimientos sociales seguirán aumentando.
Tal es el caso, por ejemplo, en el vecino estado de Oaxaca, en donde organizaciones radicales han tomado partido en las graves y ancestrales demandas sociales mediante la violencia hacia el gobierno, lo que ha llevado al extremo y descomposición social en donde no se llega a solucionar nada.
Al lado de la clase oligarca que gobierna, están los demagogos que hacen acto de presencia, unos para legitimar al gobierno en turno, otros para tomar partido en las demandas sociales para, coloquialmente, llevar “agua a su molino”, principalmente ahora que se acercan las elecciones federales de 2012.
Finalmente, si no se buscan los valores de la justicia y virtud política de los gobernantes, poco o nada se va a hacer para transformar la vida de millones de ciudadanos que viven en situaciones paupérrimas.
A pesar de que otras teorías actuales han afirmado que muchos de los conceptos que la teoría política clásica construyó han quedado en desuso, vemos que esto no es así, pues ésta proviene de principios básicos universales.
Enseguida y sin más preámbulos haremos referencia a los conceptos fundamentales de la Teoría Política clásica aplicables a la vida política contemporánea en México.
La Virtud política.
Para Aristóteles, el Estado se forma de elementos desemenjantes; y así como el ser vivo se compone de alma y cuerpo, el alma de razón e instinto, la familia de marido y mujer, la propiedad de amo y esclavo, así se encuentran en el Estado todos estos elementos acompañado de otros no menos heterogéneos.
Hay que recordar muy someramente que Aristóteles en su obra el Tratado del Alma escribió que así como los ojos tienen su función de ver y los oídos de escuchar, el alma del ser humano va encaminada a la virtud.
Werner Jaeger, afirmó que el objetivo de Platón era el de hacer de la política una ciencia uniéndola inseparablemente con la teoría de la virtud individual y basándola en el conocimiento de la idea del bien.
Pero ¿qué es la virtud política? Para arribar a este concepto, Aristóteles primero determina la diferencia entre la virtud común del ciudadano y de quien gobierna, esto es, no perdiendo de vista la dialéctica entre quien gobierna y el gobernado. Así, para Aristóteles, no es la misma virtud que para el que manda que para el que obedece, y la virtud por excelencia del primero es la prudencia y la habilidad.
Finalmente, Nicola Abbagnano , en su Diccionario de Filosofía, resalta que la virtud como capacidad para atender a una determinada tarea es el concepto platónico de la virtud. Como la función de un órgano es, los ojos, por ejemplo es la de ver, y la posibilidad de ver es la virtud propia de los ojos, de igual manera el alma tiene sus propias funciones y su capacidad para cumplir con ellas es la virtud propia del alma.
Formas de puras e impuras de gobierno.
Así pues, determinando ya esta concepción de la virtud política, los Estados adoptan formas de gobierno, que pueden ser el gobierno de uno, de pocos o de muchos. En el primer caso, hablamos de la Monarquía, en el segundo Aristocracia y en el tercero de República. Esto es, cuando en quien detenta el poder existe la virtud política, entonces hablamos que existen estas formas puras de gobierno.
Mientras que por otra parte, y como la naturaleza del hombre no siempre es tendiente hacia el bien, sino que en la condición humana hay desviaciones, entonces se desvirtúan dichas formas puras de gobierno, correspondiendo en contraparte a la Monarquía la tiranía, a la Aristocracia la oligarquía y a la República la democracia.
Forma de gobierno en México
La carta magna de nuestro país señala que es voluntad de los mexicanos constituirse en una república federal, democrática, compuesta por entidades federativas que delegan parte de su soberanía a una federación.
No obstante, de acuerdo con la teoría clásica, la forma de gobierno de nuestro país es una monarquía oligarca, ya que el presidente de la república concentra la autoridad política como jefe de estado, jefe de gobierno y algunas otras funciones.
A lo largo de la historia del presidencialismo en México, sobre todo durante la época en que gobernó el PRI en la esfera nacional, a decir de Carpizo Mcgregor, el Presidente de la República concentraba diversas funciones que emanaban de la constitución y otras más que llamó metaconstitucionales, que eran aquellas que quedaban fuera del marco constitucional. Ejemplo de ello, era que los presidentes en turno se convertían en jefe del partido político oficial, y eran quienes tenían la última palabra para decidir los puestos políticos que iban desde gobernadores, diputados hasta el propio candidato a la presidencia de la república.
Actualmente y después de que en el año 2000 se da la alternancia política al ganar la Presidencia de la República el Partido Acción Nacional, el Presidencialismo sigue intacto, aunque quizá ya dejó de existir las funciones metaconstitucionales que tradicionalmente ejercía el presidente de la República.
Pero también cabe destacar, que a partir de los gobierno llamados tecnócratas que arriban al poder en 1982 y que impulsan la apertura de México a la globalidad, se va gestando una clase oligarca en el poder, basada en los intereses monopólicos, financieros y económicos. Muestra de ello es que a partir de 1982, el gobierno comienza un proceso de privatización de miles de empresas, entre las que se encuentra Teléfonos de México, empresa que durante años tuvo el monopolio en su ramo en México.
Esta clase oligarca, ensachó la brecha entre los ricos y pobres en México al impulsar e implementar el modelo neoliberal a ultranza, y como resultado, hoy existen millones de mexicanos en estado de pobreza extrema, esto es, miles de familias que subsisten con salarios diarios por debajo del mínimo, que es de alrededor de cincuenta pesos diarios.
Veracruz ha resentido los efectos de los desequilibrios producto de la forma oligarca de gobierno, pues existe regiones con alta marginación en las zonas serranas, principalmente, o colonias conurbanas, en donde los pobres carecen de servicios públicos adecuados, así como lo fundamental que requiere cualquier ser humano para su desarrollo como lo es la alimentación y la salud, mientras que los gobiernos solo ofrecen programas gubernamentales que reflejen en los organismos internacionales mejoras generales en la pobreza sin que en lo particular, se haga un profundo cambio en la forma de gobierno en México y se vea repartida en mejores condiciones la riqueza.
El aumento de los precios a los productos básicos
Hay que destacar que la igualdad es siempre la principal causa de las revoluciones. Aristóteles señalaba que la muchedumbre siempre aspira a la igualdad absoluta, mientras que para la clase distinguida u oligarca siempre quiere la absoluta desigualdad: la ambición de unos, la envidia de otros ocasiona las discordias civiles.
Con el aumento indiscriminado de los precios en los productos básicos alimenticios que recientemente se da en México, y por supuesto en Veracruz, principalmente de la leche y la tortilla, éste último un producto básico en la alimentación del mexicano, se levanta el clamor de los miles y millones ciudadanos en contra de un gobierno de corte neoliberal, quien ante tal situación, anunció por conducto de su propio Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa que “…el aumento a la tortilla se da debido a la desviación de maíz a nivel mundial para la producción de etanol como sustituto de los combustibles generados del petróleo, por lo que instruí al gabinete social para que consigan el maíz más barato que encuentren en el mundo, no importa que lo tengan que traer de miles de kilómetros, pero esta escalada no tiene que seguir… este gobierno que comienza en México, no se van a volver a repetir las historias de alzas escalonadas, que llevaron las engorrosas devaluaciones que tanto daño hicieron a la sociedad…”
Esto es un indicativo de que existe un déficit en la producción del grano básico y que por tal razón, el estado mexicano es dependiente de otros países, esto es, que no existe una autosuficiencia, al menos en lo que a la producción de maíz toca.
Todo ello es grave en nuestro país, pues los equilibrios que deben existir en los buenos gobiernos, están desajustados: mientras que la clase oligarca continúe especulando y obteniendo grandes ganancias económicas y se continúe deteriorando la precaria vida de los pobres, la ira, los enconos y los resentimientos sociales seguirán aumentando.
Tal es el caso, por ejemplo, en el vecino estado de Oaxaca, en donde organizaciones radicales han tomado partido en las graves y ancestrales demandas sociales mediante la violencia hacia el gobierno, lo que ha llevado al extremo y descomposición social en donde no se llega a solucionar nada.
Al lado de la clase oligarca que gobierna, están los demagogos que hacen acto de presencia, unos para legitimar al gobierno en turno, otros para tomar partido en las demandas sociales para, coloquialmente, llevar “agua a su molino”, principalmente ahora que se acercan las elecciones federales de 2012.
Finalmente, si no se buscan los valores de la justicia y virtud política de los gobernantes, poco o nada se va a hacer para transformar la vida de millones de ciudadanos que viven en situaciones paupérrimas.
