El siguiente documento que dejo aquí fue producto de la capacitación y profesionalización a que fuimos sujetos servidores públicos de la Administración Pública Estatal, precisamente cuando me correspondió ocupar el espacio de Enlace de Género en la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente. Así pues, agradezco a todas las mujeres integrantes del Instituto Veracruzano de las Mujeres que me permitieron participar en esta experiencia enriquecedora para el suscrito, ya que me permitió adquirir otra visión sobre las prácticas sexistas que los hombres reproducimos, tanto en la esfera pública como en la privada. Así mismo y de manera muy especial, quiero agradecer -a donde quiera que se encuentre- a mi amigo, José Luis Poceros Luna (QEPD), quien fue un eficiente servidor público que me impulsó para conocer la perspectiva de género en la administración pública. Sin más preámbuilo dejo aquí el documento.
JUSTIFICACIÓN
El 5 de Marzo de 1995 entró en vigor la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer , mejor conocida
como Convención de Belem Do Pará. En
este instrumento internacional y del que México es parte, los Estados signantes
consideran que la violencia contra la mujer constituye una violación de los
derechos humanos, las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a
la mujer en el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades.
La violencia y discriminación de la mujer en los
distintos ámbitos de desarrollo se ha convertido cada vez más en una preocupación
creciente de la sociedad y de los Estados, siendo motivo de diseño, análisis e
implementación de políticas que buscan impulsar la igualdad entre géneros. Al
ser el Estado el garante de los derechos humanos se convierte en el principal
responsable de proporcionar a la ciudadanía las condiciones necesarias para su
respeto y promoción.
En este contexto, en el año 2000, representantes de
189 países se reunieron en la Asamblea General de las Naciones Unidas con el
propósito de identificar de manera conjunta los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM), estableciendo una agenda común para luchar en contra de los
factores que impiden el desarrollo como lo son la pobreza, el hambre, el
deterioro ambiental, el rezago educativo y falta de acceso a la salud, así como
la desigualdad entre mujeres y hombres, y todas las formas de discriminación
entre los seres humanos que impiden a los países alcanzar mejores niveles de
vida.
Para saber más sobre este documento entra aquí.
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