lunes, 16 de marzo de 2009

Confabulando

El artículo que a continuación se presenta, fue escrito el día en que el Papa Juan Pablo II falleció. Un día que quedará escrito en la historia de la humanidad ante la grandeza de un hombre que guió a la Iglesia Católica durante varios años. Este artículo fue publicado en periódico "Grafico de Xalapa", un día despues de la muerte del santo padre.


CONFABULANDO
Rosalino F. Guillén Cordero


Juan Pablo II

Horas antes de la muerte del Papa Juan Pablo II, vimos por la televisión a importantes cadenas televisivas transmitir desde el Vaticano su agonía, luchando entre ellas por ser la primera en anunciar al mundo la muerte del Pontífice. En el Senado lo dieron por muerto desde el jueves pasado, lo que produjo pena ajena en muchos mexicanos que vimos a Diego Fernández de Cevallos pedir un minuto de silencio por el descanso del Papa, después un Senador quiso corregirlo y aquel, con un gesto de arrogancia, calló a su corrector para luego justificarse en que “es de humanos errar” y enseguida anunciar que se equivocó.
Al anuncio de la muerte del Papa el sábado pasado cuando eran como las dos y media de la tarde, hora local, se oyó el taan taan taan de la campana de un templo por Las Trancas en donde algunos feligreses se unieron por el sentimiento de pérdida de alguien a quien quizá nunca lo vieron o saludaron, pero que representa el máximo líder de la Iglesia Católica, el guía espiritual de miles de millones de humanos.
“El mundo ha perdido un gran hombre”, comentaban dos jóvenes mientras esperaban que pasara el camión que los llevaría de regreso al centro de la ciudad. En efecto, el pontífice logró penetrar en la conciencia de muchos jóvenes de quienes se refirió como el porvenir de la Iglesia Católica. Después vimos por la televisión los llantos, las lágrimas, el dolor, muchos se negaban a creer que ya no podrían ver más al Papa. Un niño cantando “tu eres mi amigo del alma” expresaba un profundo sentimiento.
Recordamos a través de la magia de la televisión las imágenes de aquel hombre en sus innumerables viajes alrededor del mundo. México fue privilegiado ya que Juan Pablo II decidió que el primer país en visitar sería México en 1979, en donde inauguró la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, reafirmando, en Puebla, la tradicional doctrina social de la Iglesia. Continuó su primer viaje por la República Dominicana. Visitó, después, Polonia, Irlanda, Estados Unidos, Turquía, Zaire, Congo, Kenia, Ghana, Alto Volta, Costa de Marfil, Francia, Brasil y la República Federal de Alemania. En 1981 un atentado contra su persona, en plena plaza de San Pedro (31 de mayo), lo obligó a suspender momentáneamente toda actividad.
Juan Pablo II ha dejado un gran sentimiento de vacío porque además de ser el líder máximo de la Iglesia Católica, también entregó al mundo una importante obra en términos de la promoción y defensa de la paz mundial, así como su apoyo incondicional a la libertad, en todas sus facetas, del hombre. Un Papa que reconoció los grandes “errores” históricos de la Iglesia Católica, pidiendo perdón a los países en donde la Iglesia cometió abusos.

Quien fue Juan Pablo II

De nombre Karol Wojtyla, quedó huérfano de madre cuando apenas contaba ocho años de edad. Su padre, que había sido sargento del Ejército polaco, le envía al colegio del lugar. Luego, ingresó en la Universidad Jagellónica de Cracovia. Durante la ocupación alemana, trabajó en una cantera y después, en la fábrica de productos químicos Solvay para poder seguir estudiando clandestinamente.
En 1942 ingresa en el seminario de Cracovia, al tiempo que se licencia en Filosofía. Participó en la resistencia contra los alemanes al mismo tiempo que organizó un grupo de teatro y se preocupó de salvar numerosas familias judías.
Se ordena en 1946 y, poco después, se traslada a Roma, doctorándose en el «Angelicum», en 1948, con una tesis sobre la fe en San Juan de la Cruz. Cuando regresa a Polonia, es nombrado vicario cooperador, consiliario de los estudiantes universitarios católicos y profesor de Ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia. Pío XII le nombra obispo titular de Ombi en 1958, y Paulo VI, arzobispo de Cracovia, en 1964.
Cercano colaborador del cardenal Wyszynski, interviene ocho veces en el Concilio Vaticano II y pronuncia un importante discurso sobre la libertad religiosa. Es nombrado cardenal en el consistorio el 26 de junio de 1967. Fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal polaca.
Escribió más de 500 ensayos y artículos y cinco libros. Se distingue por su amor a la Virgen y sus largas horas de oración.
Fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978, cuando tenía 58 años, siendo el primer Papa no italiano desde Adriano VI en 1552.
Lo primero que llamó la atención, en los comienzos de su pontificado, fue su gran preocupación por la renovación de la Iglesia, la defensa de la familia y el mantenimiento de la paz en el mundo, temas que marcaron su labor pastoral al frente de la Iglesia.
Convertido en primer misionero, por su gran inquietud y por su afán por comunicarse con todo el mundo, viajó por los cinco continentes atrayendo la atención de todas las gentes por su gran personalidad, su profunda erudición, la firmeza de sus convicciones y su innegable simpatía.
En cuatro ocasiones más, visitó la ciudad de México, visitando las ciudades de Monterrey, Guadalajara, Mérida, Puebla, entre otros lugares.

rguillencordero@yahoo.com.mx

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