viernes, 26 de diciembre de 2014

HORIZONTES DE AÑO VIEJO


Recibí este texto y la siguiente poesía de Orlando Guillén, desde Barcelona; la pongo aquí para todos ustedes:



HORIZONTES DE AÑO VIEJO

¡Feliz fatal edad aquella que todavía no contempla el derrumbe o el hundimiento o el desplome o la implosión o la explosión o la voladura de la especie, porque al mundo no seremos nosotros quien le ponga fin ni al tiempo, al amor, a la vida y a la muerte! ¡Feliz año viejo al crimen y la usura y la guerra de exterminio, y apresuraos, apresuraos, que no son suficientes el odio, la infamia, los misiles, la dictadura de Phynanza, la bioquímica…! ¡Feliz horizonte 2015 tanto si llega para nosotros como si no lo vemos, al fin que ya lo vimos…!

  


Puntos tocándose empapados de horizonte
Clavicular a la bío alabao lentamente
Cortan a la bimbombao la cabeza a violín
De fuera
Tallo y nuca y medio cuerpo
De la
Última gota de la sangre
Humana.

Punta de la pirámide
Del círculo.

Pie
A otro pie echa una mano
A caminar de canto y
Caer de cara
Virtud de dado o espíritu encarnado.
La cima

Asienta el pico llano al llanto
De trillones de ojos tuertos.

Los muertos
Los muertos ra ra ra. Debajo cruje 
La cumbre sin pantaloncillos terrestres
Cuyas piernas salieron
A imponerse la pernera de los días
El sexo abandonado
A sus aromas
Gesto de prisa y no
Cargar superfluo ni la primavera.

Mascarones
Nonatos del amor
Indígenas
De proa
Hienden la macabra agua
Ciempié

Rosca girasol
Desnucándose del centro a la superficie

Y a recomenzar. Res de res
Li semblava bé.

L’Estaquirot era un tiquismiquis.

Donde Nadie
Tiene Sed Y Todos Lloran
Los Pozos Reverberan Como Si Nada
Fuera Fe
Y En Su Bozal Rezongan.

«Papá» dicen
De petróleo las
Azáleas
Glandulares
De las jóvenes

Que en
Mero espíritu anhelante

Esperan encarnadura
Emocional
Silasolfamirredó.

«Papá

¿Rebuznan las estrellas?». Responde
Papá
De la boca al mundo responde
Y se le oye
Parapapá

Dorremí
Fadorré trepar trigal
De trompetas
Desbalagadas a manera de rebaño
De jazz
Cuyas cabras parecieran caerse
Sobre las ancas
Por el esfuerzo escarpado de la cuesta
Pero siguen trepando y trepando

                      A temblorina pantorrilla de eco           
Que no se reproduce
Para no morir retráctil
Titilante en los candiles
Mástil
De la lira o entre los párpados cegatos
De la luz
En retroceso
Oblicuo

O en el tobillo de las trompetas
Mismas
Que en su mismidad así

Fasolasí

A veces se queda pegado un rato
Nomás
A las vestes espirituales
En sordina

Y a su sueño
Zarco

;
Hendiduras de piano aferrado
No se sabe de dónde vienen

Y vienen bailando
Do re mí plou i fa sol

DE

La raya cuñada
Que ha parido zig
Zagueante
Teclado
El ray
O

D
E
L horizonte inmortal
Que la víbora muerde del lao del talón
De la mar
Que mordió a Bubububu.

«Vete a cortar una ramita
De epazote del
Que crece en la azotea
De Zenaida
La de anca Delia»

Dijo mamá. María
Empírica
Quiso decir verdolagas
Del tejado
De Zenaida pero
Nunca paría
Otra cosa que
Espíritus

Y
Dije yo

Pegado a sus faldas
De vida catamba
Abotonadas:

«Lloviera hoy cuando que ayer
Llovía… En parvada
Llenaría
Mos alcancía de ojos
De alba picoteada
Y amontonaríamos amanecer
En la despensa
De no renovables
Mojado.

La suite entera
En trenzas
De música
Si del pico de miles de pájaros
Festín el agua fuese del día que trajina
Desierto de los 8 pies
Lasol
Famí de la huesa
Menta.

Lloviera a chicotazos
De hoy de ayer
Choque frental con un gendarme
De
Aquel
Mañana de árbol
Que ves aquí
De rondín
Por Nopalapa...

Boronitas
De maná del que comes
Cielo

Flecha
Sobre el mantel
Cayéndoseles del pico

Cabecita de día

Cabecita
De la madrugada»
...

Miguel
El que se murió
Me vio volar me oyó
Revolotear
Sacó la mano de la muerte
Pa ver si no se le mojaba
Y me dijo de facto: «No llueve.
¿No ves que no llueve
Pendejo…?». Callé
Del lado
De las alas

Recogidas para parar
A oír. Hablan
Tan poco los muertos
Que
O
Hablan
Con hocico
De estaca o símbolo peón
O salpicando
Se hacen entender a chilillazos.

Un rayo
De la corola ecléctica
De mayo
Cayó

Metro de música
Extraño

Sin que se le viera el cuerpo
Ni lo oyera el viento
Amarillo

Al pararrayos bajo tierra atril
Del ataúd.

Sangró un abrazo de yel:

«Esto es sólo un aviso de que hemos recibido
La solicitud y comenzaremos a procesarla»

Dijo el rayo

Debajo el voltaje último
De su invisibilidad
En reproceso.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Energía Eólica y Tenencia de la Tierra


Directriz Municipal
“Tanta y tamaña tierra para nada.
Se le resbalan a uno los ojos
al no encontrar cosa que los detenga”

Juan Rulfo, “Nos han dado la Tierra”

Rosalino F. Guillén Cordero
Uno de los aspectos de la reforma energética es la apertura al sector privado para la generación y suministro de la energía eléctrica, especialmente energías limpias, como son la geotérmica, hídrica, solar y eólica. En tanto, en esta misma reforma, el Estado se reserva como áreas estratégicas la planeación y el control del Sistema Eléctrico Nacional y la transmisión y distribución de energía eléctrica.

La energía eólica, obtenida a través aerogeneradores de tres palas cuyo funcionamiento se basa en los principios de la aeronáutica, se instalan en zonas en donde el potencial del viento puede llegar a tener una determinada velocidad promedio, la cual es cuantificada por medio del estudio de velocidad y dirección del viento, la temperatura y otras variables. Este potencial se da en determinados lugares, principalmente en zonas costeras.
En ciertos estados del país, como Campeche, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sonora, Veracruz y Zacatecas existe un gran potencial eólico en lugares específicos de estas entidades federativas. Para su aprovechamiento, la reforma energética recientemente aprobada por el Estado mexicano, estableció un mecanismo legal considerado algo así como un contrato en participación entre la empresa inversionista y el titular de las tierras en donde se instalen los aerogeneradores.

En teoría, este esquema legal e hipotético de contratación pone a los propietarios y/o ejidatarios en un estatus de socio ante el inversionista o capitalista que, en un binomio entre éstos, sacarían provecho de un recurso natural, que hasta ahora no ha sido suficientemente explotado en nuestra nación.
La fórmula es “yo pongo la tierra y tú pones el dinero y juntos aprovechamos el potencial del aire para generar electricidad”. Hipotéticamente, una conversación entre un inversionista y un titular de tierras para el arrendamiento de su propiedad sería así:

-Inversionista (Inv): Te propongo que firmemos un contrato de arrendamiento para la construcción de un parque eólico.
-Titular de las Tierras (TT): ¿Y cuánto me vas a pagar?
-Inv: Te voy a pagar hasta el 8% de los ingresos brutos mensuales por la generación de energía eléctrica.
-TT:  Suena bien, pero ¿podrías ofrecerme el 10%?
-Inv: Sólo puedo ofrecer el 8%, porque además en la etapa de la construcción haré inversiones en los caminos que llegan hasta tu propiedad, con lo que saldrás beneficiado. Además, contrataré mano de obra de la región, con lo que saldrán beneficiada la gente de aquí y habrá derramas económicas importantes.
-TT: Siendo así, no hay problema, ya que en esta zona existe un grave problema de falta de empleos y me parece bueno que se contrate a gente para trabajar en la construcción de caminos, y además haya dinero para que la tiendita del rancho, las fondas y que los demás negocios suban sus ventas.
-Inv: Entonces lo procedente es formalizar el contrato lo más pronto posible para iniciar los trabajos.
En este esquema, aparentemente sencillo y simple, no se ve una serie de situaciones que se deberían considerar dentro de la política pública de energías renovables. Uno de estos aspectos es la forma de tenencia de la tierra que constitucional y legalmente coexiste en el sistema mexicano.

Si se trata de la organización ejidal, las parcelas no implican el dominio pleno, sino que el ejidatario sólo tiene el derecho agrario para explotarla. En la realidad del ejido, esto es, la cultura del campesino no hay una visión empresarial, sino su visión es más bien social y colectiva. Esto sucede principalmente en el sureste mexicano.
Además, en el campo existen prácticas informales en donde las operaciones de traslados de derechos de las parcelas no se formalizan de manera oportuna, sino que a veces pasan años para que formalmente se inscriban en el Registro Agrario Nacional (RAN), por lo que para las autoridades agrarias (RAN, Procuraduría Agraria [PC], Tribunal Agrario [TA]) no existen estos movimientos parcelarios.

En otras palabras, las parcelas cambian de manos, pero las autoridades no se enteran hasta después de transcurridos varios años. El caso no sólo se circunscribe a las enajenaciones (o compraventas), sino que, además, existen parcelas intestadas, en donde el titular ya fallecido no deja un sucesor de ella, lo que obliga a quien considera tiene derechos agrarios a demandar ante el Tribunal Agrario, procedimiento que suele llevar meses o años, según sea el caso.
Frente a ello, un inversionista antes que cualquier otra cosa, requiere de contar con una certeza jurídica al momento de contratar con los ejidatarios, para lo cual es necesario que ellos realicen sus trámites que permitan tener en regla sus certificados parcelarios y poder así contratar con los inversionistas para hacer realidad la construcción del o los parques eólicos y “aterricen” las inversiones a la zona que corresponda.

Lo lógico sería “sanear” estos traslados de derechos ante la autoridad encargada de ello, que es el RAN, pero resulta que esta institución del agro mexicano -creada por la reforma al artículo 27 constitucional de 1992- para inscribir cualquier operación se lleva varios meses, incluso años. Todo en perjuicio de la tan mencionada reforma energética y de las políticas públicas implementadas para alcanzar los objetivos y metas establecidos en los planes y programas en materia energética.
Por otro lado, tratándose de las propiedades privadas, si éstas presentan algún gravamen, como suele ser algo común entre los productores y ganaderos quienes suelen solicitar créditos hipotecarios que garantizan con sus mismas propiedades, y una vez que éstos son saldados o pagados, resulta que el procedimiento de cancelación de estos gravámenes lleva un tiempo considerable.

En conclusión, la realidad del campo mexicano presenta muchas informalidades y rezagos, mientras que los trámites ante las autoridades agrarias como RAN y PA son lentos y tardados, en suma demasiados burocratizados. Y todo esto afecta la ejecución de proyectos eólicos en el agro mexicano.
REFLEXIONES FINALES:

En la implementación de las políticas públicas en materia energética, particularmente en la generación de energía eléctrica mediante el potencial eólico, es indispensable que las autoridades federales y locales, como principales actores coordinen sus esfuerzos para regularizar la tenencia de la tierra en los lugares en donde exista el potencial eólico, con la finalidad de dar certeza jurídica a los procesos de arrendamiento de tierras para la instalación de los aerogeneradores. Es decir, es necesaria una puntual coordinación entre los diferentes ámbitos de gobierno para crear una verdadera política en materia de energías limpias, que permita detonar la inversión en el campo mexicano y, con ello, generar los empleos que permitan mejorar las condiciones de vida de la gente del medio rural.
rguillencordero@gmail.com