El Poder de las Grúas: Cómo la Asistencia Vial Salva Vidas y Transforma Carreteras en México (Parte 1)

Por Rosalino F. Guillén Cordero 

Una escena cotidiana en las carreteras

Son las 2:00 AM en la autopista México–Querétaro. Una familia regresa de vacaciones cuando su vehículo se descompone en plena oscuridad. Hace apenas 20 años, esta situación hubiera significado horas de angustia y peligro. Hoy, en menos de una hora, una grúa de CAPUFE llega a auxiliarlos, los lleva a un lugar seguro y continúan su viaje.

La escena puede parecer común, pero detrás de ella hay décadas de políticas públicas, inversión y organización que han transformado la manera en que se atienden las emergencias viales en México. Como especialista en tránsito y seguridad vial —y tras cinco años de experiencia como Subdirector de Tránsito en Veracruz— puedo afirmar que los servicios de grúas son mucho más que un traslado: son un salvavidas en el asfalto.

La revolución silenciosa de la asistencia vial en México

Los Ángeles Verdes: pioneros en América Latina

En 1960 nacieron los Ángeles Verdes, un cuerpo que comenzó como apoyo a convoyes presidenciales y pronto se convirtió en la primera red de auxilio vial en Latinoamérica. Hoy recorren más de 2 millones de kilómetros anuales, atendiendo emergencias mecánicas en las principales carreteras. Solo entre 2018 y 2023 brindaron más de 596,000 apoyos, desde cambio de llantas hasta primeros auxilios.

Su importancia no es solo operativa, sino también simbólica: representan confianza para los viajeros. Recuerdo un operativo en la carretera 140 Xalapa–Veracruz, donde la coordinación entre tránsito estatal y Ángeles Verdes evitó un caos vial tras un accidente múltiple.

CAPUFE: el gigante silencioso

Cuando marcas 074, activas una logística de primer nivel. El servicio de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) no se limita a cobrar peajes: mantiene patrullas de auxilio 24/7, con grúas, ambulancias y equipos de rescate. Su modelo es gratuito dentro de autopistas federales y garantiza llevar el vehículo al punto seguro más cercano.

Este esquema refleja una visión clara: la asistencia vial no es un lujo, sino un derecho de quienes pagan peaje. Como comentario a parte, cabe resaltar el cobro de peaje mediante un tag, que agiliza la circulación en las casetas de cobro.

Hemos preparado un breve cuestionario para que compartas cómo ha sido tu experiencia con el servicio de grúas. No te tomará más de un minuto y tus respuestas serán anónimas.

La otra cara de la moneda: el modelo estatal en Veracruz

El panorama cambia en carreteras estatales. Allí, el servicio suele estar en manos de empresas concesionadas de grúas. Durante mi gestión en Veracruz, documenté miles de quejas ciudadanas por:

  • Cobros excesivos y poco transparentes.

  • Daños a vehículos durante el arrastre.

  • Retrasos injustificados en la entrega.

  • Ausencia de mecanismos de queja efectivos.

Los números eran contundentes: entre 2017 y 2022, el uso de grúas pasó del 17% al 34% de las infracciones, lo que significaba más de 28,000 traslados anuales al corralón, concentrando solo en Xalapa casi 20,000 casos cada año.

El problema no era que las empresas fueran privadas, sino la falta de control gubernamental. La concesión sin supervisión se volvió caldo de cultivo para abusos.

El sistema por dentro: la anatomía de un rescate

Cuando ocurre un incidente en autopista, el protocolo es claro:

  • Minuto 1-5: recepción de la llamada y geolocalización del evento.

  • Minuto 6-15: envío de la unidad más cercana (grúa ligera, pesada o ambulancia).

  • Minuto 15-45: arribo y evaluación inicial.

  • Hasta 2 horas: resolución o traslado del vehículo.

En el ámbito estatal, en cambio, el proceso depende del 911 o de la solicitud del agente de tránsito, sin un centro de control especializado ni tiempos garantizados. Esto explica buena parte de la percepción negativa en estados como Veracruz.

El proyecto que no encontró eco

Consciente de esta problemática, diseñé un Proyecto de Intervención para mejorar el servicio de auxilio vial en Veracruz, avalado por el Instituto de Administración Pública de Veracruz.

Propuse:

  1. Un diagnóstico integral con análisis FODA.

  2. Un estudio técnico para determinar el número real de grúas por delegación.

  3. Convocatorias públicas y transparentes para elegir empresas.

  4. La creación de un área específica para supervisar y atender quejas.

El diagnóstico reveló que las 43 empresas concesionadas operaban prácticamente sin control. Lamentablemente, el proyecto no se implementó por falta de voluntad política. La lección fue clara: la mejor propuesta técnica no sirve sin decisión política para aplicarla.

Mirada internacional: ¿qué hacen otros países?

  • Colombia: sus concesionarias viales están obligadas a brindar auxilio gratuito en autopistas principales. Su línea #767 ha atendido más de 16 millones de llamadas en diez años.

  • Argentina: en 2024 limitó los servicios de grúa incluidos en pólizas básicas, buscando un mercado más equilibrado entre aseguradoras y operadores.

  • Chile: prioriza la seguridad del personal de auxilio, obligando a reducir velocidad al ver vehículos de emergencia y exigiendo altos estándares de señalización.

El común denominador: regulación clara y supervisión estricta. Elementos que en México aún son una tarea pendiente a nivel estatal.

Los nuevos retos: más allá de la grúa tradicional

  • Transparencia: tarifas claras, mecanismos de queja y supervisión efectiva.

  • Profesionalización: operadores certificados en técnicas de rescate, atención al cliente y primeros auxilios.

  • Nuevas tecnologías: grúas adaptadas a vehículos eléctricos e híbridos, capaces de atender baterías de litio sin riesgo.

  • Innovación: apps de seguimiento en tiempo real, encuestas de satisfacción y videograbación obligatoria de cada servicio.

Invertir en asistencia vial es más que un gasto: estudios demuestran que cada peso invertido genera un retorno de cuatro en reducción de accidentes secundarios, menor congestión y ahorro en costos médicos.

Conclusión: el ángel guardián en la carretera

La asistencia vial en México es un sistema dual: de un lado, CAPUFE y Ángeles Verdes ofrecen servicios de calidad y gratuitos; del otro, los sistemas estatales concesionados enfrentan opacidad y quejas constantes.

La solución no pasa por cambiar de modelo, sino por regular, supervisar y profesionalizar. Con voluntad política y creatividad, las grúas pueden dejar de ser motivo de queja para convertirse en verdaderos aliados del ciudadano.

La próxima vez que veas una grúa en carretera, recuerda: no solo está remolcando un auto, está salvaguardando la seguridad de todos en el camino. Y ese es un servicio que merece toda la transparencia y calidad posibles.


Preguntas para la reflexión

  • ¿Has tenido experiencias positivas o negativas con grúas en carretera?

  • ¿Crees que en tu estado deberían existir mayores controles y tarifas claras?

  • ¿Qué opinas de que la asistencia vial se considere un derecho y no un negocio?


✍️ Rosalino Guillén Cordero

Especialista en políticas públicas de tránsito y seguridad vial. Fue Subdirector de Tránsito en Veracruz, donde desarrolló proyectos para mejorar los servicios de asistencia vial. Actualmente asesora organizaciones en movilidad urbana y mejora regulatoria.

Comentarios

MARIO SANCHEZ ha dicho que…
Muy buen articulo. Solamente que esta enfocado a las gruas que prestan el servicio de asistencia vial por parte del gobierno federal. Tiene excelentes propuestas sobre posibles politicas publicas que pudieren implementarse en las mismas. Espero y se extienda al ambito privado, que es el que representa un negocio muy lucrativo para quienes tienen una concesion o permiso para realizarse el arrastre y almacenamiento de las unidades de vehiculos que colisionan o chocan por alcance en las carreteras federales y del Estado. Y ya ni se diga el gran negocio que es para el crimen organizado y las corporaciones de seguridad del Estado.
rguillencordero ha dicho que…
Hola Mario, muchas gracias por tomarte el tiempo de leer y dejar tu comentario.
Tienes toda la razón: este primer artículo se centró en el modelo federal de asistencia vial (Ángeles Verdes y CAPUFE), pero coincido en que el ámbito privado, ligado a concesiones estatales y al arrastre de vehículos, es donde más se concentran las quejas y donde existen riesgos de abusos e intereses opacos.
Tu observación es muy valiosa porque justamente el propósito es avanzar hacia ese análisis en próximas entregas, abordando cómo funciona este esquema concesionado, los retos de supervisión y la urgencia de que se apliquen políticas públicas claras y firmes.
Aprecio mucho tu aportación, porque ayuda a enriquecer la conversación y confirma que este es un tema que merece un debate amplio y ciudadano.

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